miércoles, 21 de octubre de 2009

¡Que viva el arte!

La semana pasada estuve de viaje, fui al festival de coros de Guadalajara de Buga (por eso me demore en escribir… si, Buga se llama así… si, donde queda el milagroso) y digo sin temor a equivocarme que ha sido uno de los mejores viajes de mi vida.
Hay que tener en cuenta que yo fui como participante con el coro de la Pontificia universidad Javeriana (¡el mejor coro del festival! ¡Yeah! ¡Si!... dicho por participantes, organizadores y asistentes… modestia aparte) por lo que no fui de vacaciones o de relajo, sino como un viaje de un equipo de futbol antes de un partido: concentración, prácticas y presentaciones, en nuestro caso particular. Digo que ha sido uno de los mejores viajes porque tuve la oportunidad de conocer gente que hace lo que a mi me gusta hacer también; porque me permitió crecer como músico y como persona; y porque además esas presentaciones que vi me permitieron abstraerme, salir de ese horrible día a día en el que vivimos.

Esa abstracción es lo que a mi gusto tienen las buenas expresiones artísticas, ese sacarnos de donde estamos y hacernos entrar en sintonía con la “obra” o de hecho hacernos entrar en la “obra”, independientemente que sea un coro, una opera, una película, una obra de teatro o un cuadro. Podría decirse entonces que no es que sean las buenas sino las que me gustan, pero en ocasiones hay cosas que son indiferentes al gusto y logran cautivarnos, que nos hacen sentir cosas o llamarnos la atención de un modo inexplicable. Un ejemplo de esto fue que a una de las esposas de los organizadores no le gustaban los coros ni nada por el estilo, pero aun así estaba obligada a asistir a este tipo de eventos por su marido; ella nos dijo después que era le único coro que le ha gustado en toda su vida y que estaba ansiosa por volvernos a escuchar.

Como dije antes es bueno salir de la cotidianidad de alguna manera, más allá de que modo se haga, pero aun no he encontrado uno mejor al arte porque solo este tiene variaciones iguales al número de artistas, además de que no es repetitivo. También sumémosle que es extraño encontrar malas* personas en estos ambientes, porque como diría Goethe: Sientete bien entre quienes canten porque los ladrones no lo saben hacer. Ojala asistan a alguna expresión artística y me digan después si sintieron lo mismo o no, pero háganlo porque desena saber, no porque me quieran venir a decir simplemente: No, no lo sentí.

Aclaración: Hablo desde el coro y el festival porque son mi experiencia. Si alguien cree que me pase con los halagos al coro de la PUJ, debo decirles que es de verdad merecido, porque como músico no puedo dejar de reconocer el nivel que se ha logrado. Una felicitación muy grande a los miembros y al maestro Andrés Rodríguez por soportarnos.

*Malo entiéndase como delincuente.


Juan Andrés
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